No hay que resucitar
antiguas historias y personajes por mucho que vaya a ser rentable. Hace mucho
Danny Boyle confesó que tenía la segunda parte de la película Trainspotting totalmente prevista y
preparada, pero que necesitaba que los actores fueran más mayores para que los
personajes tuvieran más credibilidad. Sin embargo, viendo la película cuesta
creerlo.
Y es que pese a tener un
excelente director, unos grandes actores y una gran historia esta secuela es
insulsa e innecesaria. El problema radica en que todo el film recurre una y
otra vez y de forma descarada y cansina a recordar y rendir pleitesía a la
primera parte.
Trainspotting 2
De resultas, la película no solo abraza la mediocridad y el
aburrimiento sino que ensucia el legado de la primera parte y hasta los
personajes debido a que su actual existencia resulta ridícula.
Aparte de que el recurso
de recordar a su predecesora no es efectivo, la reiteración hace que esta
segunda parte pueda ser más un documental que analiza la primera parte echando
la vista atrás que otra cosa.
No la deberían haber
realizado de esta manera y este proyecto es erróneo porque la segunda parte de Trainspotting raramente añade nada destacable
sino todo lo contrario.
Una pena que estos
personajes y esta historia acaben de esta manera.